Entrevista a Enrique Sánchez Braña: hablando de Boal

Enrique Sánchez Braña nació en Boal en 1944. Fue maestro y profesor, siendo diplomado en Magisterio y licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Oviedo. En esta ciudad concluyó su actividad educativa pero su vinculación con el Occidente siempre ha sido vital en su trayectoria.

En 2009 publicó el libro “Estudios sobre la evolución histórica de Boal: siglos XIII-XVI”, obra que sigue su estela de investigación en torno al concejo que lo vio nacer.

QueFemos: ¿Cómo se decide uno a investigar y publicar sobre la historia de su concejo natal?

Enrique Sánchez Braña: La cuestión surgió a principios de la década de los años 70, cuando bajo la dirección del Catedrático de Geografía D. Francisco Quirós, inicié la investigación que dio lugar a la publicación del libro “Estudios sobre la Geografía Agraria y Población del Concejo de Boal”. Aquel rastreo de información me permitió conocer documentación del siglo XVI, que recogida en aquel momento, sirvió ahora, para alumbrar esta segunda publicación.

QF: ¿Cómo explicarías a quienes no conozcan o hayan leído la obra el fundamento general de la misma? ¿Cuáles son los pilares fundamentales en la confección del libro?

E.S.B.: La idea fundamental consiste en conocer como las parroquias constituyeron la primera organización político administrativa, no solo religiosa, del territorio, posteriormente la Puebla de Castropol y finalmente, ya en el siglo XVI, el Ayuntamiento. Por ello, la documentación catedralicia medieval, la de los Monasterios de Corias y Villanueva de Oscos, y finalmente la búsqueda de bibliografía y fuentes sobre el proceso de venta de las parroquias y compra de su jurisdicción por parte de los vecinos, constituyen los fundamentos de la obra.

QF: En el libro se habla al principio de las primeras manifestaciones culturales, tales como los túmulos funerarios y, más recientes en el tiempo, los castros. ¿Se valoran en su justa medida estas expresiones y testimonios de nuestra historia o se podría hacer más por reforzar su estudio, conservación y valoración como elemento de atracción del turismo cultural?

E.S.B.: Sin duda ninguna, siempre es posible hacer más. No es poco lo que hizo la Consejería de Cultura y más concretamente, los trabajos de Miguel Ángel de Blas Cortina, Ángel Villa Valdés, Bernardino Díaz Nosty y Gerardo Sierra Piedra, pero los tiempos actuales son difíciles, y posiblemente la investigación arqueológica se vea afectada.

QF: Como se puede leer en el libro, el doblamiento de lo que hoy es la Villa de Boal fue tardío en relación a poblaciones limítrofes como Prelo, Armal, Doiras... ¿Cuál es la explicación a este hecho y de dónde procede la toponimia de Boal?

E.S.B.: En la época medieval, la riqueza la constituye la tierra, y estas zonas de Armal, Doiras y Serandinas, poseen tierras de mejor calidad y clima más favorable a la agricultura, por lo que conocen un más temprano establecimiento de población. La palabra “Boal”, deriva del término latino “boalare”, que significa lugar apto para monte y pastos para el ganado, que aunque no habitada, permite el establecimiento de una iglesia.

QF: Un hecho muy interesante es la configuración de las tres parroquias que conformaron el territorio del actual Boal, y su vinculación a la Puebla de Castropol, y al poder del obispo de Oviedo. ¿Cómo se produce la independencia definitiva de esos territorios con respecto a ese poder eclesiástico?

E.S.B.: Efectivamente el origen de Armal y Prelo, permanece en la penumbra, y si bien el primero parece pudo ser la sede de una autoridad territorial, “el tenente”, nombrado por el obispo de Oviedo, hoy por hoy no se puede establecer con fundamento el origen de ambas localidades.

La independencia de las parroquias estudiadas obedece a un proceso general de desvinculación de las tierras de obispalía, según acuerdo entre el Rey Felipe II y el Papa Gregorio XIII, por el cual los parroquianos deben de abonar a su obispo el importe de las rentas jurisdiccionales que le pertenecen y a la corona un tanto por vasallo o vecino. Todo lo recaudado por este último concepto es el coste de la independencia respecto a la autoridad política del obispo.

QF: ¿Qué llevó a los vecinos a pagar por tener el poder sobre su propia jurisdicción? Ese será el nacimiento de Boal como concejo, un momento clave de su historia.

E.S.B.: Comprar la independencia representa mayor libertad, ya que son ahora los propios vecinos los que acuerdan los impuestos locales, eligen a sus autoridades e incluso a sus corregidores y jueces para administrar justicia en cuestiones menores, quedando las mayores bajo la justicia Real.

QF: Está claro que Boal es un concejo lleno de historia, pero, ¿la conocemos realmente? ¿Cómo se podría potenciar el conocimiento de su propia historia por parte de los vecinos?

E.S.B.: Sin duda ninguna, mediante la lectura de todo tipo de publicaciones que surjan sobre el Concejo.

QF: ¿Habrá nuevo libro sobre la historia del concejo en los próximos meses o años?

E.S.B.: No hay nada definitivo, veremos si el tiempo y la investigación permiten otra publicación. Nada es seguro, y menos a corto plazo.

QF: Este año se cumple el centenario de la creación de la Sociedad de Naturales del Concejo de Boal en La Habana. ¿Qué opinas de esa historia más reciente, la de los indianos y del legado que dejaron en todo el concejo a través de las escuelas, lavaderos y casonas que pueblan tanto la capital como el resto de localidades?

E.S.B.: Creo que su labor no ha sido suficientemente valorada, puesto que han facilitado la instrucción y la enseñanza a cientos de niños, que en los primeros años del siglo XX se hallaban desatendidos y sin apoyo suficiente en el ámbito cultural, y que gracias a ellos pudieron adquirir los conocimientos básicos para enfrentarse a la vida.